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Qué ver en Viena en cuatro días
Lucía |

Qué ver en Viena en cuatro días


Viena, la capital imperial de Austria, es una ciudad que parece detenida en la época dorada de los Habsburgo. Con sus palacios barrocos que parecen sacados de un cuento de hadas, sus cafés históricos donde el tiempo transcurre más lentamente, su tradición musical que resuena en cada esquina, y esa elegancia refinada pero nunca pretenciosa que caracteriza a los vieneses, la capital austriaca es posiblemente la ciudad más aristocrática de Europa. Cuatro días es el tiempo perfecto para sumergirte en su grandeza imperial sin prisas, entendiendo por qué fue el centro de uno de los imperios más poderosos de la historia.

Cuatro días en Viena te permiten explorar desde los opulentos palacios de Schönbrunn y Hofburg hasta los museos de arte de clase mundial, pasear por el histórico Ringstrasse admirando su arquitectura monumental, asistir a un concierto de música clásica en una ciudad que fue hogar de Mozart, Beethoven y Strauss, degustar el famoso Sachertorte en un café centenario, y comprender esa filosofía de vida vienesa que valora la cultura, la belleza y los placeres refinados por encima de todo. Esta ciudad te conquistará con su elegancia atemporal y su capacidad de hacer sentir que has viajado al pasado sin perder las comodidades del presente.

Hemos diseñado este itinerario para equilibrar las visitas a los monumentos imprescindibles con tiempo para vivir Viena al ritmo local: tomando café y tarta en un Kaffeehaus histórico mientras lees el periódico, asistiendo a un concierto de música clásica, paseando por parques imperiales, y descubriendo que la verdadera Viena no está solo en sus palacios sino también en esa atmósfera de refinamiento tranquilo que impregna cada rincón. Cada día tiene su propio carácter, permitiéndote descubrir las múltiples capas de esta ciudad fascinante.

Índice

  1. Día 1: El centro histórico y el Hofburg
  2. Día 2: Schönbrunn - el Versalles austriaco
  3. Día 3: Museos de arte y el Prater
  4. Día 4: Palacio Belvedere y barrios alternativos
  5. Consejos prácticos para moverte por Viena
  6. Dónde comer: del Wiener Schnitzel al Sachertorte
  7. Planifica tu presupuesto
  8. Los cafés vieneses: guía completa

Día 1: El centro histórico y el Hofburg

Tu primera mañana en Viena debe comenzar en el corazón imperial de la ciudad: el Palacio de Hofburg, residencia oficial de los Habsburgo durante más de 600 años hasta 1918. Este vasto complejo palaciego que ocupa 240,000 metros cuadrados fue creciendo con cada emperador añadiendo nuevas alas. Hoy alberga varios museos fascinantes: los Apartamentos Imperiales donde vivieron el Emperador Francisco José y la Emperatriz Sisi, el Museo de Sisi dedicado a esta emperatriz trágica y romántica, y el Museo de la Platería con vajillas imperiales de plata maciza y porcelana que dejará con la boca abierta.

No te pierdas la Escuela Española de Equitación, también dentro del complejo Hofburg, donde los famosos caballos lipizzanos realizan exhibiciones de doma clásica desde el siglo XVI. Si puedes, reserva entrada para una presentación (caras pero únicas) o al menos visita los establos para ver estos elegantes caballos blancos. La Biblioteca Nacional Austriaca en el Hofburg, con su Sala de Estado barroca decorada con frescos espectaculares y 200,000 libros antiguos, es considerada una de las bibliotecas más hermosas del mundo - imprescindible para los amantes de los libros.

Después del Hofburg, camina hacia la Ópera Estatal de Viena (Wiener Staatsoper), uno de los teatros de ópera más importantes del mundo. Puedes hacer un tour guiado (40 minutos, unos 10€) para ver su interior neorrenacentista reconstruido tras la destrucción en la Segunda Guerra Mundial, o mejor aún, compra entradas para una función - las entradas de pie (Stehplätze) cuestan solo 10-15€ y te permiten experimentar una ópera o ballet de primera clase sin arruinarte. Las entradas de pie se venden 80 minutos antes de cada función.

Por la tarde, pasea por el Ringstrasse, el bulevar circular de 5.3 kilómetros que rodea el centro histórico construido en 1857 sobre las antiguas murallas medievales. Este paseo monumental concentra los edificios más importantes de Viena: el Ayuntamiento neogótico, el Parlamento de estilo griego, el Burgtheater, la Universidad, el Museo de Historia del Arte y el de Historia Natural. Puedes recorrerlo en el tranvía 1 o 2 (circuito completo) o caminando por secciones.

Termina el día en uno de los famosos cafés vieneses para experimentar la cultura Kaffeehaus - estos cafés históricos son instituciones culturales donde pasar horas tomando café, leyendo periódicos (provistos gratuitamente en varillas de madera), y disfrutando de tarta. Café Central (donde Lenin y Trotsky eran clientes habituales) o Café Sacher (hogar del original Sachertorte) son opciones icónicas aunque turísticas.

Día 2: Schönbrunn - el Versalles austriaco

El segundo día dedícalo completamente al Palacio de Schönbrunn, la residencia de verano de los Habsburgo y posiblemente el palacio más hermoso de Europa. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este palacio barroco amarillo de 1,441 habitaciones fue donde creció la Emperatriz Sisi y donde Mozart tocó para la emperatriz María Teresa a los 6 años. Llega cuando abren (a las 8:30 AM en verano, 9:00 en invierno) para evitar las hordas de turistas que llegan con tours de cruceros.

Existen varios tipos de tickets - el Imperial Tour cubre 22 habitaciones (45 minutos), el Grand Tour 40 habitaciones (60 minutos). Te recomendamos el Grand Tour para ver los Apartamentos de Francisco José y Sisi, la Gran Galería donde se celebraban bailes imperiales, y las habitaciones de María Teresa decoradas con un lujo increíble. La audioguía está incluida y es excelente, contando historias fascinantes de la vida cortesana. Reserva entrada online con días de antelación - en temporada alta se agotan.

Los jardines de Schönbrunn son espectaculares y la entrada es GRATUITA. Dedica al menos 2-3 horas a explorarlos: los jardines barrocos formales con fuentes y estatuas, el laberinto y el jardín del laberinto (entrada aparte), el jardín del zoo más antiguo del mundo (1752), y sobre todo, la Glorieta en lo alto de la colina. Sube a la Glorieta (entrada aparte o gratis si solo quieres las vistas desde fuera) para las mejores panorámicas del palacio con Viena de fondo - es la postal clásica de Schönbrunn.

Si te sobra tiempo en Schönbrunn, visita la Casa de las Palmeras (Palmenhaus), un invernadero art nouveau de hierro y cristal con plantas tropicales, o el Museo de Carruajes Imperiales que exhibe los carruajes dorados usados en coronaciones y bodas reales. Para llegar a Schönbrunn desde el centro, toma el metro U4 (línea verde) hasta estación Schönbrunn - 15 minutos desde el centro.

Por la tarde, vuelve al centro y visita la Karlskirche (Iglesia de San Carlos Borromeo), una obra maestra barroca con una cúpula impresionante. Puedes subir en ascensor panorámico hasta la cúpula para ver los frescos de cerca y vistas de Viena. El parque frente a la iglesia con su estanque reflectante es perfecto para descansar. Si es temporada navideña, el mercado de Navidad frente a la Karlskirche es uno de los más bonitos de Viena.

Día 3: Museos de arte y el Prater

El tercer día está dedicado al arte y cultura vienesa. Comienza en la Plaza de María Teresa (Maria-Theresien-Platz) donde se encuentran dos museos gemelos idénticos enfrentados: el Museo de Historia del Arte (Kunsthistorisches Museum) y el Museo de Historia Natural. El Museo de Historia del Arte es uno de los museos más importantes del mundo con colecciones de los Habsburgo: Bruegel, Vermeer, Caravaggio, Rafael, Tiziano, Velázquez… La colección de Bruegel es la más grande del mundo. Dedica al menos 3-4 horas aquí - el edificio mismo es una obra de arte con su escalera monumental y su café bajo la cúpula decorada.

Si prefieres arte moderno, el MuseumsQuartier (Barrio de los Museos) está a pocos pasos y es uno de los complejos culturales más grandes del mundo. El Museo Leopold tiene la mayor colección de Egon Schiele y arte austriaco moderno, mientras que el MUMOK (Museo de Arte Moderno) exhibe arte contemporáneo de vanguardia. Los patios del MuseumsQuartier están llenos de cafés y espacios para sentarse - locales y turistas se relajan aquí en los coloridos muebles diseñados específicamente para estos patios.

Por la tarde, experimenta un lado completamente diferente de Viena visitando el Prater, el parque de atracciones histórico donde está la famosa Riesenrad (Noria Gigante). Esta noria de 1897 de 65 metros de altura es uno de los símbolos de Viena - apareció en la película “El Tercer Hombre”. Un giro dura unos 20 minutos con vistas panorámicas espectaculares de toda la ciudad. El Prater tiene atracciones modernas pero conserva ese encanto retro de parque de atracciones centenario.

El Prater está rodeado por el enorme Parque del Prater (Prater Park), un espacio verde de 6 kilómetros cuadrados con senderos para caminar, correr o montar en bici, prados para picnic, y la avenida principal (Hauptallee) flanqueada por castaños centenarios perfecta para pasear. Es el pulmón verde favorito de los vieneses y contrasta completamente con la opulencia imperial del resto de Viena - aquí verás la vida local cotidiana.

Si te quedan fuerzas, visita las Hundertwasserhaus en el distrito 3, unos edificios de viviendas diseñados por el artista Friedensreich Hundertwasser con fachadas ondulantes coloridas, ventanas asimétricas y árboles creciendo desde los techos y balcones. Es arquitectura completamente diferente al resto de Viena - excéntrica, alegre y sorprendente. La entrada es gratuita ya que son viviendas habitadas, pero puedes visitar el Kunst Haus Wien (museo Hundertwasser) cercano para ver más de su trabajo.

Día 4: Palacio Belvedere y barrios alternativos

Tu último día comienza en el Palacio Belvedere, en realidad dos palacios barrocos (Belvedere Superior e Inferior) conectados por jardines en terrazas espectaculares. El Belvedere Superior alberga la colección de arte austriaco más importante del país, incluyendo la mayor colección mundial de Gustav Klimt - aquí está su obra maestra “El Beso” (Der Kuss), posiblemente la pintura más famosa de Austria. La imagen dorada del beso es icónica pero verla en persona con sus detalles de pan de oro es impactante.

Además de Klimt, verás obras de Egon Schiele, Oskar Kokoschka y otros maestros del Jugendstil (art nouveau vienés). El Belvedere Inferior suele tener exposiciones temporales. Los jardines entre ambos palacios son preciosos con fuentes barrocas, estatuas y setos geométricos - perfecto para fotos con el palacio de fondo. La vista desde la terraza superior del palacio hacia el Belvedere Inferior y el centro de Viena es espectacular.

Después del Belvedere, explora el barrio de Naschmarkt, el mercado al aire libre más famoso de Viena que se extiende por 1.5 kilómetros. Aquí encontrarás puestos de frutas, verduras, especias exóticas, quesos, aceitunas, mariscos frescos, y restaurantes de cocina internacional - especialmente buena comida turca, persa y árabe. Los sábados hay mercadillo de pulgas en el extremo oeste. Es perfecto para almorzar probando diferentes puestos o simplemente pasear observando la Viena multicultural lejos de la imagen imperial.

El barrio alrededor del Naschmarkt es cada vez más trendy con cafés de especialidad, bares de vinos naturales y tiendas vintage. Si te interesa la arquitectura moderna, visita la cercana Casa de la Secesión (Secession Building), un edificio art nouveau de 1897 con una cúpula dorada de hojas de laurel que alberga el “Friso de Beethoven” de Klimt - una obra monumental de 34 metros que es imprescindible para fans del artista.

Termina tu estancia en Viena visitando el barrio de Spittelberg en el distrito 7, un rincón encantador de callejuelas empedradas y casas barrocas de colores que conserva la atmósfera de la Viena de hace siglos. Lleno de talleres artesanales, galerías, tiendas de diseño austriaco y restaurantes acogedores, es perfecto para compras de última hora buscando souvenirs de calidad. En Navidad, su mercado navideño es de los más auténticos y menos turísticos de Viena.

Dedica la última tarde a lo que te faltó o simplemente a pasear sin rumbo por el centro, tomando un último café vienés con Sachertorte, despidiéndote de esta ciudad imperial que te habrá conquistado con su elegancia refinada, su rica herencia cultural, y esa filosofía de vida que valora la belleza, la música y los placeres civilizados por encima de todo.

Consejos prácticos para moverte por Viena

Viena tiene un sistema de transporte público excelente operado por Wiener Linien: metro (U-Bahn con 5 líneas de colores), tranvías (Straßenbahn), autobuses y trenes urbanos (S-Bahn). El metro es rápido y eficiente, los tranvías son pintorescos especialmente las líneas 1 y 2 que recorren el Ringstrasse. Un billete sencillo cuesta 2.40€ (válido 1 viaje, máximo 1 hora antes de validar de nuevo), o puedes comprar un pase de 24 horas por 5.80€, 48 horas 11.50€, o 72 horas 17.10€.

La Vienna City Card es otra opción (17-29€ según duración) que incluye transporte ilimitado más descuentos en atracciones, restaurantes y tiendas - calcula si se amortiza según tu itinerario. Alternativamente, el Vienna Pass (desde 78€ por 1 día hasta 119€ por 3 días) incluye entrada gratuita a más de 60 atracciones principales sin colas adicionales - se amortiza rápidamente si planeas visitar Schönbrunn, Hofburg, Belvedere y varios museos.

Compra billetes en máquinas en estaciones (aceptan tarjeta y efectivo), quioscos Tabak-Trafik, o la app Wiener Linien. IMPORTANTE: valida siempre tu billete en las máquinas azules antes de entrar o arriesgas multa de 105€. El transporte funciona con sistema de honor - raramente hay revisores pero cuando los hay son estrictos. Los niños hasta 6 años viajan gratis, 6-15 años con descuento los domingos y festivos.

Viena es muy caminable y segura - el centro histórico es compacto y puedes ir andando entre la mayoría de atracciones. Las distancias son engañosas en el mapa - de la Ópera al Hofburg son 10 minutos andando, del Hofburg a la Catedral de San Esteban otros 10 minutos. Considera alquilar bicicletas o usar Citybikes Vienna (sistema público de bicis) especialmente en verano - Viena tiene buenos carriles bici y es bastante plana excepto las zonas de parques en colinas.

Dónde comer: del Wiener Schnitzel al Sachertorte

La gastronomía vienesa es reconfortante y contundente, perfecta para el clima frío. El plato más famoso es el Wiener Schnitzel, un escalope de ternera (tradicionalmente) empanado y frito hasta quedar crujiente, servido con ensalada de patata y rodaja de limón. Debe ser tan grande que cuelga del plato - los austriacos se toman esto muy en serio. Otros platos tradicionales: Tafelspitz (carne de res hervida con salsa de manzana rallada), Gulasch (goulash austriaco menos espeso que el húngaro), y Wiener Würstel (salchichas vienesas).

Para Wiener Schnitzel auténtico a buen precio, evita restaurantes turísticos del centro y busca: Figlmüller (dos ubicaciones, famoso por schnitzels gigantes desde 1905), Gasthaus Pöschl (frecuentado por locales), o Schnitzelwirt (generosas porciones, ambiente tradicional). El schnitzel cuesta 15-25€ en restaurantes tradicionales, más en lugares turísticos.

Los postres vieneses son legendarios. El Sachertorte (tarta de chocolate con mermelada de albaricoque cubierta de chocolate negro) fue inventado en Viena en 1832 - pruébalo en el original Hotel Sacher o en Café Demel que disputan quién tiene la receta original. Otros dulces imprescindibles: Apfelstrudel (strudel de manzana servido caliente con crema o helado), Kaiserschmarrn (tortitas esponjosas rotas servidas con compota de ciruela), y Sacherwürfel (dados de Sachertorte).

Los mercados ofrecen comida internacional más económica: el Naschmarkt tiene opciones desde falafel hasta sushi. Los Würstelstände (puestos de salchichas) por toda la ciudad son la comida rápida vienesa - una salchicha con pan y mostaza cuesta 3-4€, perfecto para almuerzo rápido. Bitzinger Würstelstand detrás de la Ópera es el más famoso, abierto hasta tarde atendiendo a gente saliendo de funciones.

Planifica tu presupuesto

Viena es moderadamente cara comparada con otras capitales europeas - más barata que Londres o Zúrich, más cara que Budapest o Praga, similar a Berlín. El alojamiento varía: hostels desde 25-40€ por noche en dormitorio, hoteles económicos 70-120€ por habitación doble, hoteles boutique desde 150€. Los distritos 6 (Mariahilf), 7 (Neubau) o 15 ofrecen mejor precio que el centro (distrito 1) estando igualmente bien conectados por metro.

Las entradas a atracciones principales cuestan: Schönbrunn Grand Tour 26€, Hofburg ticket combinado 15€, Belvedere Superior 16€, Museo de Historia del Arte 18€, Ópera tour 10€. El Vienna Pass (78€ por 1 día, 119€ por 3 días) incluye entrada sin colas a más de 60 atracciones - se amortiza si visitas 3-4 atracciones principales al día. Muchas iglesias son gratuitas incluyendo la Catedral de San Esteban (excepto subir a la torre).

Para comidas, calcula 12-18€ por un menú de mediodía (Mittagsmenü) en restaurante tradicional, 25-40€ para una cena completa con bebida, 5-7€ por café y tarta en Kaffeehaus tradicional (turísticos como Sacher o Central cobran más), 3-4€ por una salchicha en puesto callejero. Los supermercados Billa, Spar y Hofer (Aldi austriaco) tienen productos básicos a precios razonables.

El agua del grifo en Viena viene de manantiales de los Alpes y es de las mejores de Europa - está disponible gratuitamente en restaurantes y hay fuentes potables por toda la ciudad (Brunnen). Pedir agua embotellada es innecesario y caro. En general, presupuesta 80-100€ por día por persona siendo económico, 150-200€ para comodidad media, 250€+ para lujo. Viena ofrece buena relación calidad-precio considerando el nivel de cultura, historia y experiencias disponibles.

Los cafés vieneses: guía completa

La cultura de los cafés vieneses (Wiener Kaffeehauskultur) es Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO desde 2011. Estos no son cafés para tomar un café rápido e irte - son instituciones culturales donde pasar horas leyendo, escribiendo, socializando o simplemente observando. Los camareros (Herr Ober) vestidos con traje negro y delantal blanco traen tu café en bandeja de plata con vaso de agua, y nunca te apurarán para que te vayas.

Café Central (Herrengasse 14): El más famoso, donde Freud, Trotsky y Stefan Zweig eran habituales. Arquitectura neo-renacentista espectacular con columnas y bóvedas. Muy turístico pero merece una visita - hay un maniquí de Peter Altenberg (escritor vienés que prácticamente vivía aquí) en una mesa. Caro pero la experiencia lo justifica. Piano en vivo por las tardes.

Café Sacher (Philharmoniker Straße 4): En el Hotel Sacher, hogar del original Sachertorte. Elegante con paneles de madera y terciopelo rojo. El Sachertorte aquí es obligatorio - viene con el sello de chocolate del hotel. También muy turístico pero el ambiente es más refinado que Central.

Café Demel (Kohlmarkt 14): La pastelería imperial fundada en 1786, proveedora oficial de la corte de los Habsburgo. Más pastelería que café pero con salones hermosos. Las tartas y pasteles son obras de arte - puedes ver a los pasteleros trabajando detrás de las ventanas. Ambiente menos turístico que Sacher.

Café Sperl (Gumpendorfer Straße 11): Más auténtico y frecuentado por locales, especialmente artistas y músicos. Billares, periódicos, ambiente bohemio. Los domingos tienen música en vivo. Precios más razonables que los anteriores.

Café Hawelka (Dorotheergasse 6): Pequeño, oscuro, lleno de humo (aún permiten fumar en sección), frecuentado por artistas y estudiantes. Famoso por sus Buchteln (bollos dulces rellenos) servidos después de las 22:00. La Viena bohemia auténtica.

Cómo pedir café vienés: Hay decenas de variedades. Las básicas son: Melange (similar a cappuccino), Kleiner/Großer Brauner (café con leche espumada), Verlängerter (espresso alargado con agua), Einspänner (café con nata montada en vaso de cristal), Fiaker (café con ron y nata). NUNCA pidas “un café” - debes especificar qué tipo. Los camareros aprecian que conozcas las variedades.

Viena en cuatro días es una inmersión perfecta en la elegancia imperial europea, donde cada palacio, cada museo, cada café te conecta con siglos de historia cultural que dieron forma a la música clásica, el psicoanálisis, el art nouveau y mucho más. Esta guía te ayudará a descubrir tanto los monumentos imprescindibles como esa filosofía de vida vienesa que valora la cultura, la belleza y los placeres refinados. La magia de Viena está en su capacidad de mantener vivo el esplendor de su pasado imperial sin convertirse en museo - es una ciudad que vive su historia, donde la ópera, el vals y el café no son reliquias turísticas sino parte del día a día. Esta ciudad te enseñará que la verdadera elegancia no grita sino susurra, y ese susurro resonará en tu memoria mucho después de que regreses a casa.


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